viernes, 13 de enero de 2017

A VIVA VOZ

Leer un libro en voz alta a los niños es, por encima de todo, una demostración de afecto.

  Es un modo dichoso de relacionarse con ellos, de estar junto a ellos.
  Es un regalo en forma de tiempo, dedicación,  escucha, conversación.
Las palabras de los libros hacen hablar a quienes los 
leen y los escuchan.


Leer a los niños en voz alta implica estar dispuestos a escuchar y acoger sus fantasías, sus confidencias, sus recuerdos, sus pensamientos, sus emociones. 


Escuchar historias leídas por otros prepara a los niños para leer luego por sí mismos. No se trata de enseñarles a leer precozmente, sino de interesarlos en el  lenguaje y los libros, de estimular su curiosidad y su conocimiento.



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